Un estudio realizado en Gran Bretaña señala que las melodías agradables descienden los niveles de las hormonas estresantes en la sangre. Eso hace que la gente se sienta menos tensa y reduzca el dolor.
La historia, la cultura y la relación que tiene una persona con determinados sonidos, desde los que escuchó en el útero materno, la naturaleza y hasta los del último recital al que asistió, serán decidores en el análisis general.
martes, 25 de mayo de 2010
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